Puno y alrededores

Si afirmábamos en nuestros anteriores post que el Lago Titicaca es -sin ninguna duda- uno de los lugares más místicos del Perú, la ciudad que se encuentra en sus orillas y lo abarca en el lado peruano, no podría ser menos.

Puno (3830 msnm) es un vibrante cruce de caminos entre Cusco y La Paz, donde se mueve frenéticamente el comercio entre ambos lados de la frontera y donde aún se conserva el matrimonio perfecto entre el colorido de la cultura del altiplano y las creencias religiosas católicas.

Una de esas muestras es la famosa fiesta de la Virgen de la Candelaria (inscrita como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO), que se celebra el 2 de febrero y que dura varios días en torno a bandas de vientos que van rotando toda la noche hasta el amanecer. Mientras tanto, puneños y visitantes zapatean al ritmo de los huaynos (tipo de música andina) y el chocar de las botellas de cerveza que van apilándose a un lado de las calles.

En los desfiles bailan hasta 40 mil danzantes al compás de 200 bandas, con trajes de un colorido luminoso en el que se mezclan sombreros, lentejuelas, polleras bordadas y grandes máscaras de metal que recuerdan a personajes españoles, diablos u otros espíritus de la cosmovisión altiplánica.

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